Para construir un Aston Martin DB9 han utilizado los cimientos de un viejo Opel Calibra del 99, y está circulando por Tailandia. Una réplica siempre ha sido vista como un quiero y no puedo, y tiene ventajas e inconvenientes. Te cuesta mucho dinero y hay un importante detalle que te dejaría en vergüenza (luego sabrás porqué).
El resultado final es muy bueno, aunque encontramos sospechoso la forma del techo y las ópticas traseras. Por lo demás está bien acabado. Evidentemente no tiene motor V12, así que tanto el interior como el corazón se quedan como estaban.
Terminas de ducharte, sacas tu DB9 “falso” del garaje, vas al puerto deportivo y encuentras un sitio para dejarlo sin que nadie te lo raye. Mientras aparcas un grupo de personas te miran con deseo, pero en cuanto escuchan el motor de gasolina 2.0i 16V giran la cara y esa noche no ligas.
Fuente:www.motorspain.com