Todo empezó según lo previsto. A eso de las 10 de la mañana recibo una llamada de mi novia para despertarme del sueño de baba en el que me encontraba inmerso e irnos sin pensarlo a la playa. Puesto que estaba en el tercer anfiteatro del teatro de la obra de Morpheo no lo oí y tuvo que llamar a casa...total, que ya estaba despierta toda la familia...
Decidimos irnos a la playa y gracias a que teníamos libertad total de movimiento, la playa escogida fue la de Poo de Llanes, o al menos esa era la intención. Cogimos carretera a eso de las 12 y tras acordarme varias veces de todos los domingueros que ibamos en carretera conseguimos llegar a la salida de la autopista, pero, entre que el tomtom se puso mas tomtom que nunca, y que el tomtom que iba al volante le hizo caso a su novia, la que según sus propias palabras: "pa que me haces caso? si sabes que soy como una maleta", resultó que la playa Palombina de Celorio estaba mucho mejor, con menos gente, más cerca y más limpia... y...esas cosas...jeje
Bueno, todo trascurria alegremente, nos bañamos o al menos eso intentamos (el agua estaba fría que parecia que me estaba bañando en el congelador de la carniceria), comimos, quemamos, pasamos calor y a eso de las 4 de la tarde, decidimos irnos a pasar el resto del dia detras de una botellina de sidra a Llanes.
En vista del calor que hacía y teniendo en cuenta que el A/C estaba anulado, lo lógico era abrir puertas y bajar ventanillas, o al menos aquellas que se pudieran bajar sin riesgo de avería, y cual fue nuestra sorpresa al bajar la ventanilla trasera derecha que la muy p**a decidió en aquel momento hacer plof, pero un plof de los que hacen época....estaba medio bajada a un palmo del marco superior...hicimos lo decible y lo indecible para subir la ventanilla y tras volver a cerrar el panel de la puerta (aunque no lo creais no sudé gran cosa y eso que eran las 4 de la tarde) decidimos que la excursión a Llanes se había acabado, así que ale, de vuelta para casa y pensando que hago con él ya que duerme en la calle y como que no me fío un pijo de dejarlo fuera con la ventanilla en esa situación. Pero al final, cosas de la electricidad, subió...sí, subió, AL LLEGAR A CASA....
De todo esto, se saca en consecuencia una moraleja...un día de playa en un toledo de 17 añitos puede ser de lo mas emocionante y además, nunca olvidaremos la primera vez que nos fuimos a la playa en nuestro toli...


